Primer día de clases

Ya montada en el colegial pensaba en la emoción que sentía por llegar al colegio. Ver a mis amigos de siempre, conocer nuevas personas en especial a los muchachos. Al fin estaría en décimo grado. Hace tres meses había cumplido 16 años y me había hecho mechas color miel en mi cabello marrón oscuro el cual resaltaba mis ojos cafés. Al llegar lo primero que vi fueron a tres chicas, todas rubias con ojos verdes azulados bajando de un BMW negro del asiento de atrás. Hicieron una entrada que parecía de estrellas de cine. No quería meterme con esas chicas se veían muy creídas y no eran mi tipo. Al entrar por la puerta principal caminé por el pasillo buscando mi salón. Al encontrar mi nombre en la lista del décimo B, entre pero ya habían empezado las clases me senté en la parte de atrás para poder ver a todas las personas. No había ningún chico que me llamara la atención así que empecé a ver a las chicas. Ninguna de mis amigas del año pasado había quedado conmigo. De repente entro una chica con cabello marrón por los hombros, unos ojos cafés y una sonrisa bastante linda. Mi teléfono celular empezó a vibrar, era un mensaje de texto. Me agache para revisarlo sin que la profesora de Francés se diera cuenta pero sentí que alguien me observaba. Al mirar hacia arriba era la chica que había llegado tarde me estaba mirando de una forma muy extraña e incómoda.

-¿Necesitas algo?-Le pregunte

-Si  -respondió- que quites tu maleta para sentarme.

La quité de mala gana y se sentó.

Fue una hora larguísima. Hasta que al fin se acabo y entro un profesor. Daría dos largas y aburridas horas de matemáticas. Cada segundo se sentía como un año entero. Fue horrible. Números y más números. De repente sonó la campana del recreo y salí de primera.  Baje y empecé a buscar a mis amigas y amigos del año anterior pero solo encontré a las tres chicas que había visto al llegar. Me senté con Tomas aunque le digo Tom, es  un compañero del año pasado que siempre fue muy amable conmigo. Hablamos de las vacaciones hasta que sonó el timbre nuevamente. Al subir, entré a mi clase y vi a la niña de cabello café del  puesto de adelante pisando mi maleta. Me enoje mucho y le grite:

-¡QUE CREES QUE HACES!

Me miro con cara confundida y algo enojada y respondió

-¿De qué hablas?

-¡ESTAS PISANDO MI MALETA NUEVA! –grité

-Lo lamento, no me di cuenta

-¡PUES FIJATE EN DONDE PISAS! –respondí

-¡Y TU DONDE PONES TUS COSAS! –replicó en tono alto y enojado.

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Fue un mal comienzo pues solo llevo aquí un día y me acusan de pisar la propiedad ajena. Esa chica no me agradaba, de seguro tenía su periodo menstrual y por eso estaba tan amargada. Fue solo un accidente y me gritó como loca. No me importo y simplemente me senté.

-¿Cuál es tu nombre? –me preguntó una voz a mi derecha

-Victoria ¿y el tuyo?

-Tomás, pero dime Tom

Hablamos de las cosas comunes para conocernos. Lugar de nacimiento, pasatiempos, cumpleaños,  profesores… Sentí algo en mi asiento y no digo la parte de la espalda si no la parte de de abajo, me levante muy despacio y note que me había sentado en un chicle nb rosado. Fue tan asqueroso y a la misma vez muy vergonzoso sentía que me ruborizaba y me volví a sentar.

-¿Te vino la regla? –me pregunto Tom

-¡NO! –le respondí muy apenada

-¿Entonces que te sucede? ¿Por qué tienes esa cara?

-¿Si te digo no dirás nada?

-No, tranquila -respondió

-Pues… se me pego un chicle en la falda

Al oír eso no pudo contener la carcajada y todos dirigieron su mirada hacia él.

-Como lo siento-respondió- solo que me pareció muy gracioso

Me sentía muy avergonzada al ver a la profesora acercarse a nosotros

-¿de qué se ríe?- pregunto la maestra de ciencias

-De nada… solo que… eh… -balbuceo Tom

La chica de atrás se dijo a sí misma en un tono burlón:

-De seguro que de la fea de adelante

-¡CALLATE Y NO TE METAS! –le grite muy enojada

-¡TU A MI NO ME ORDENAS NADA! –respondió mientras se levantaba con intenciones de iniciar una pelea.

Me levante rápidamente pero todos se empezaron a reír de mi al notar el chicle en mi falda. La niña que se había parado a pelear se rio tan fuerte que se le salió la baba por la boca y todos se olvidaron de mi falda y se dirigieron hacia ella.

-¡YA BASTA TODOS! En especial tú Nicole

Con que así se llamaba la burlona grosera de atrás, Nicole.

-¡SALGAN LOS TRES: VICTORIA, TOM Y NICOLE!

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Salí muy enojada pues pase mucha vergüenza, esa tonta que se llama Victoria me volvía loca solo sabía causar problemas. Tom es mi amigo, ¿qué hace hablando con Victoria?

-Tom, siéntate alado mío-le dije

Tom no respondió y siguió hablando con Victoria me empezaba a enojar y le dije:

-Tom, como hablas con ella si por su culpa te sacaron del salón, es más, a ti y a mí

-¿Por qué no dejas de quejarte Nicole? –dijo Victoria

-No hablaba contigo estúpida, hablaba con MI amigo Tom

-¡YA PAREN AMBAS! –dijo Tom

Los tres quedamos mirando a lados distintos muy enojados, al sonar la campana del segundo receso me levante al mismo tiempo que Victoria. Al verle la falda no pude evitar decir un comentario algo grosero

-No entiendo porque te dio pena el chicle que se te pego en la falda digo así se ve mejor ¿no crees? Nadie notara que estas plana por atrás, que no tienes nalga-reí

-¿Por qué no tiras baba en tu camisa en la parte de adelante, así nadie notara que estas plana y no tienes tetas, que talla eres 30 A? estas en décimo grado, por favor.

Ambas quedamos calladas mirando al suelo mientras bajábamos por las escaleras. Pasamos todo el recreo calladas ella en la mesa de al frente y yo en la de atrás. Tom estaba enojado así que fue al gimnasio a correr y ejercitarse un poco. No quise comer nada pues simplemente estaba pensando en cuál sería la próxima broma para Victoria…

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Al sonar la campana corrí al salón para llegar de primera, fui al baño y vi a tres niñas muy creídas. Se estaban maquillando y decorando el cabello con binchas. Nunca antes las había visto. Todas eran rubias y tenían ojos verdes. Al salir del baño me tope con Nicole. Me miró  muy mal así que cuando pasó a mi lado la empujé y se golpeó con la puerta. Las tres princesitas rubias se rieron de ella al verla desde el espejo. Tom ya estaba en el salón así que aproveche que Nicole no estaba para hablarle

-Hola Tom

-Hola –respondió

-¿Estás enojado conmigo?

-Algo…

Me senté y saque mi celular. Empecé a mandarles algunos mensajes a mis amigas de otro colegio pero escuche el sonido de una cámara. Era Nicole que me había tomado una foto usando el celular pero atrás de ella estaba el profesor de Gramática. Bajo, de cabello negro y lentes para ver. Se veía estricto y dijo:

-Denme ambas su teléfono celular.

Nicole se volteó asustada y se lo entrego. Me levante tapándome la falda con un libro y se lo di. Ambas nos sentamos y prestamos atención a la clase. Al terminar las dos últimas horas me levanté de un salto para salir corriendo a buscar mi celular y el bus para ir a mi casa. Estaba muy cansada y enojada. Fue un día espantoso.

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Mientras me subía al bus se me cayeron los libros que sostenía en la mano. Me agache a recogerlos pero una persona con pantalones largos se me adelantó.

-Hola, se te cayeron estos libros, toma.

-Gracias, ¿viajas en este bus?

-Sí. ¿Nos sentamos juntos? –preguntó

-Claro

Tenía un perfume muy agradable y tenía unos ojos hermosos. Hablamos mucho, sobre mi primer día, mis vacaciones y datos personales para conocernos un poco más. Al llegar a mi casa se despidió con la mano y me baje. Pensé que me daría un beso de despedida en la mejilla o un abrazo pero no.

Entre a mi casa pero solo estaba mi hermano menor, Lucas, tiene 14 años y está en octavo grado. Es muy bueno con las chicas de seguro ya había conseguido una novia en su primer día de clases. Hablamos sobre nuestro día pues compartíamos secretos con la condición de no decírselas a nuestros padres. Me dijo de una manera muy profesional:

-Pues querida hermana Nicole, la pase muy bien, mis nuevos amigos y yo empezamos a ver a las chicas para hacer una lista de quien tenía las tetas más grandes y quien tenía la nalga más sexy. Fue una larga lista hay muchas chicas que están buenísimas… y a ti ¿cómo te fue?

-¿Pues ni tan bien sabes? A veces preferiría a una hermana no a un hermano hablando cochinadas de las niñas, si tan solo supieran.

Paramos de hablar y nos fuimos a nuestras distintas habitaciones.

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-Victoria, tu comida esta en el microondas-dijo mi hermano mayor

Tiene 21 años y está en la universidad.

-Ya voy John-respondí

Me senté a comer y al terminar simplemente me fui a mi cuarto a pensar en mi día lleno de chicle rosado. Le pregunté a mi empelada como podía quitarlo y me dijo que se lo dejara que ella lo arreglaría. En la noche me lo dio y lo colgué en mi closet junto al suéter que usaría mañana. Ojala mañana tenga un mejor día que este…